Entrada destacada

La poesía romántica. 2.0

domingo, 21 de enero de 2018

El Complemento de Régimen: para que no haya dudas.

Hemos actualizado la presentación sobre el Complemento de Régimen preposicional para incluir las actualizaciones. Espero que esté mucho más claro y completo. Siempre se puede mejorar así que no será la última (espero).

martes, 16 de enero de 2018

domingo, 7 de enero de 2018

Modelo de comentario de un poema neoplatónico-ascético de Fray Luis de León



ODA VIII

NOCHE SERENA

                                  A Diego de


Olarte

Cuando contemplo el cielo
de innumerables luces adornado,
y miro hacia el suelo
de noche rodeado,
en sueño y en olvido sepultado,

el amor y la pena
despiertan en mi pecho un ansia ardiente;
despiden larga vena
los ojos hechos fuente;
Olarte, y digo al fin con voz doliente:

«Morada de grandeza,
templo de claridad y hermosura,
el alma, que a tu alteza
nació, ¿qué desventura
la tiene en esta cárcel baja, escura?

¿Qué mortal desatino
de la verdad aleja así el sentido,
que, de tu bien divino
olvidado, perdido,
sigue la vana sombra, el bien fingido?

El hombre está entregado
al sueño, de su suerte no cuidando;
y, con paso callado,
el cielo, vueltas dando,
las horas del vivir le va hurtando.

¡Oh, despertad, mortales!
Mirad con atención en vuestro daño.
Las almas inmortales,
hechas a bien tamaño,
¿podrán vivir de sombra y de engaño?

¡Ay, levantad los ojos
aquesta celestial eterna esfera!
burlaréis los antojos
de aquesa lisonjera
vida, con cuanto teme y cuanto espera.

¿Es más que un breve punto
el bajo y torpe suelo, comparado
con ese gran trasunto,
do vive mejorado
lo que es, lo que será, lo que ha pasado?

Quien mira el gran concierto
de aquestos resplandores eternales,
su movimiento cierto
sus pasos desiguales
y en proporción concorde tan iguales;

la luna cómo mueve
la plateada rueda, y va en pos della
la luz do el saber llueve,
y la graciosa estrella
de amor la sigue reluciente y bella;

y cómo otro camino
prosigue el sanguinoso Marte airado,
y el Júpiter benino,
de bienes mil cercado,
serena el cielo con su rayo amado;

—rodéase en la cumbre
Saturno, padre de los siglos de oro;
tras él la muchedumbre
del reluciente coro
su luz va repartiendo y su tesoro—:

¿quién es el que esto mira
y precia la bajeza de la tierra,
y no gime y suspira
y rompe lo que encierra
el alma y destos bienes la destierra?

Aquí vive el contento,
aquí reina la paz; aquí, asentado
en rico y alto asiento,
está el Amor sagrado,
de glorias y deleites rodeado.

Inmensa hermosura
aquí se muestra toda, y resplandece
clarísima luz pura,
que jamás anochece;
eterna primavera aquí florece.

¡Oh campos verdaderos!
¡Oh prados con verdad frescos y amenos!
¡Riquísimos mineros!
¡Oh deleitosos senos!
¡Repuestos valles, de mil bienes llenos!»

Se trata de un poema de Fray Luis de León que situamos dentro de la literatura renacentista de la 
San Juan de la Cruz en un momento de relación mística
de autor desconocido
segunda mitad del siglo XVI, concretamente en la poesía ascético-mística. Fray Luis escribe una poesía de tema principalmente religiosa en donde aparecen las primeras vías místicas que nos acercan a  Dios pero nunca llega a la vía unitiva, por eso pertenece a la literatura ascética. Autores como Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz, sí que llegan a la vía unitiva en sus composiciones y, por ello, pertenecen a la poesía mística. Fray Luis de León tiene como fuentes La Biblia y los poetas latinos, sobre todo Horacio, pero también de Garcilaso de la Vega.

Su interlocutor es Diego de Olarte, amigo suyo y habló en su favor en el proceso contra el autor de 1573. Por eso en la segunda estrofa aparece su apellido, que aquí tomamos en la versión de Emilio Alarcos Llorach.

El autor mira hacia el cielo nocturno (innumerables luces adornado), lugar donde sitúa a Dios y símbolo de la ascensión espiritual del alma. La antítesis es el suelo, lugar en el que sitúa al hombre con todo el pecado. "Noche, sueño y olvido" presentan esa parte terrenal del hombre, que entretenido con las cosas materiales ha olvidado que procede de Dios y por ello están en pecado, aquí representado en la noche. Para los autores la noche es símbolo de oscuridad religiosa y de maldad frente a la luz del día que tendrá un significado contrario.

Él ama al hombre, que en su egoísmo niega de dónde procede y vive una vida al margen de su Creador,  por eso siente tristeza ante esta situación de descuido (el amor y la pena). Es tan grande el sentimiento que le hace llorar amargamente (ojos hechos fuente) y hablar a la parte espiritual del hombre, al alma.

El ser humano está formado de  cuerpo (parte material y corruptible, la que será polvo en la muerte) y alma, que procede de Dios ( a tu alteza nació) porque se hizo a imagen y semejanza de Él. Por culpa del pecado que sacó al hombre del paraíso está en la tierra y dentro del cuerpo mortal (cárcel baja) Para él esto se muy negativo porque desea ascender y unirse a la divinidad en un encuentro místico. Esa es la idea neoplatónica, tan de moda en este siglo. Son las tres vías místicas. El hombre debe llegar a la tercera vía pero, de momento, no puede.

Cristo abrazando a san Bernardo
Ribalta
El ser humano se deja llevar por los sentidos y por lo material y dan un valor  importante a lo que hay en la tierra (bien fingido), que no nos llevará a estar con Dios. Como metáfora del pecado utiliza la palabra sueño, que se relaciona con las otras palabras de connotación negativas como oscuridad, noche, etc. Entretenido en ello, el tiempo pasa y no está preparando el camino para la vida eterna con él, que llegará después de la muerte (el cielo, vueltas dando,...).

Por eso, con unas palabras que nos recuerdan al comienzo de las Coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre, al autor insta al hombre a tener conciencia de que debe actuar para salvar el alma (despertad). El hombre debe cuidar la parte inmaterial porque no le pertenece a él sino a Dios (¿podrán vivir de sombra?

Si traspasamos el mirar de lo que nos rodea a lo que hay más allá podremos entender qué se espera de nosotros y prepararnos para la eternidad fuera del pecado(levantad los ojos... burlaréis los antojos).  Porque lo que tenemos aquí no es nada comparado con todo lo que hay en la vida eterna (breve punto... comparado a aqueste gran trasunto). Por lo tanto, el hombre debe cuidar de su alma y no solo del cuerpo, ya que el alma que nace de Dios y le pertenece a él es lo que puede elevar al ser humano a una vida eterna con Dios. 

Aquel que consigue superar lo terrenal (Quien mira el gran concierto...) y ve el orbe celestial, lleno de armonía, consigue ver lo que procede de Dios. Los planetas perfectamente alineados es lo que podemos alcanzar de la armonía y perfección de Dios. No podemos ver directamente al creador, pero llegamos a percibir una parte de él, la armonía del universo y su grandiosidad, que empequeñece al hombre y le hace desear ir hacia Él (¿quién es el que esto mira...). En el cielo, que es donde está Dios, es donde reinan las perfecciones, las virtudes en una especie de paraíso, que es lo que los seres humanos han perseguido desde tiempos remotos, la eternidad en un paraíso (eterna primavera aquí
Desposorios místicos de Santa Catalina
Murillo
florece).

El tema de la oda: Fray Luis, en una noche estrellada insta al hombre a olvidarse de su parte material y a prepararse para poder unirse a Dios en la vida eterna.

La oda tiene  partes.

1. Es la presentación. Son las dos primeras estrofas. Aparece la noche estrellada y eso es el acicate para que al autor le recuerde la inmensidad de Dios y su deseo de estar con él en la vida eterna.
2. El resto de la composición. Esto viene unificado por las comillas de estilo directo. Palabras en boca del autor. Esta parte tiene otras:
  • Tres estrofas en las que habla del alma.
  • Dos estrofas en las que se dirige a los mortales para que empecemos a actuar.
  • El resto de las estrofas salvo las cuatro últimas en las que describe el orbe celeste.
  • Las cuatro últimas en las que describe el paraíso.
Como se puede apreciar el texto está muy equilibrado y los temas van sucediéndose de manera muy coherente.

El autor ha utilizado como recurso métrico la lira, que son estrofas de cinco versos heptasílabos y endecasílabos según este esquema (7a 11B 7a 7b 11B). Esta estrofa la utiliza por primera vez Garcilaso de la Vega.

En cuanto a algunos recursos literarios la oda está llena de antítesis (cielo-suelo, noche-luz, sueño-despiertan...), hipérboles (los ojos hechos fuentes), apóstrofe (¡despertad mortales!), personificación (lisonjera vida), anáforas o epanáforas (Oh, de la última estrofa). El uso de epítetos se hace muy constante; es un recurso sencillo pero útil (cárcel baja, almas inmortales, breve punto). Otra figura retórica que aparece es la perífrasis retórica o circunloquio (la graciosa estrella de Amor = Venus; la muchedumbre del reluciente coro = otros astros). Paralelismo (Aquí vive el contento, / aquí reina la paz;).
Éxtasis de santa Teresa
Bernini


Todas las fotografías que ilustran el comentario son representaciones de momentos místicos de santos. Es decir, uniones de la persona o de su alma con la divinidad.